Arquitectura Sostenible

0 comentarios











 “La Construcción Sostenible deberá entenderse como el desarrollo de la Construcción tradicional pero con una responsabilidad considerable con el Medio Ambiente por todas las partes y participantes. Lo que implica un interés creciente en todas las etapas de la construcción, considerando las diferentes alternativas en el proceso de construcción, en favor de la minimización del agotamiento de los recursos, previniendo la degradación ambiental o los prejuicios, y proporcionar un ambiente saludable, tanto en el interior de los edificios como en su entorno” [Kibert, 1994].

Una definición de construcción sostenible plenamente compartida. No habla de innovar, sino de encarar la construcción “tradicional”, entendida como una forma de construir en un momento histórico y en un contexto geográfico y cultural. Construcción encarada con plena conciencia y con una postura crítica frente a la arquitectura meramente estética, vacía de contenido y copiada de otras latitudes. Se traslada la imagen, sin estudiar plenamente el sentido de cada componente, que se ha pensado para dar solución a cada problema planteado. Dando como resultado final, un edificio como respuesta, no como punto de partida.
Se trata de hacernos totalmente responsables como proyectistas y constructores, de cada una de nuestras decisiones. Sabemos que todo tendrá consecuencias en el futuro y que nada es ilimitado. Por lo cual es necesario prestar la debida atención a cada detalle, aún pequeño, porque produce un impacto a escala global.
La sostenibilidad debe orientarse no sólo en el respeto por mantener las condiciones ambientales, sino en los efectos durante la etapa de construcción y en los que se producen durante toda la vida útil, en quienes interactúan con la arquitectura.
Todo proyecto, desde su implantación, debe pensarse tanto para minimizar el impacto ambiental en un entorno natural dado, como en la consideración del clima local. Su estudio debe permitir utilizar los recursos existentes para aprovechar, o bien para protegerse de las condiciones consideradas adversas. Para ello hay que examinar la topografía, hacer un relevamiento de la vegetación autóctona a conservar, y un estudio climático regional y local.
“La implantación de los edificios juega un papel fundamental en el consumo de energía. No siempre se pueden escoger las condiciones más favorables, pero la referencia al clima, la vegetación, la topografía y el tejido edificado tienen que ser un primer paso tanto si lo aprovechamos como si nos tenemos que proteger de las condiciones adversas” [Casado, 1996].

El estudio de las condiciones climáticas se fundamenta, no sólo para lograr el confort interior, sino también para permitir un uso eficiente de la energía.  Para ello es fundamental estudiar las envolventes y sus posibilidades de aislación, asoleamiento y protecciones, posición de aberturas para asegurar la ventilación, favoreciendo corrientes de aire que atraviesen los locales.
El recurso hídrico, cuya red de agua potable es inexistente en algunas zonas geográficas, debe valorarse para permitir el aprovechamiento de las aguas grises y pluviales, una vez tratadas.
Otro tema considerado, que también tiene implicancias ambientales, es el uso eficiente de los materiales para la construcción, y la calidad de la edificación. Valor agregado no sólo para el mercado inmobiliario, sino para mejorar las condiciones medioambientales y el ahorro de los recursos energéticos. Para ello, pensarse en materiales de uso difundido en cada zona, existentes en el mercado local, minimizaría el impacto del trasporte. La tecnología elegida, puede pensarse en su vida útil completa, asegurando un bajo mantenimiento y un adecuado envejecimiento sin pérdida de cualidades estéticas. Permitiendo además, una inversión inicial moderada en relación al uso de otras tecnologías de uso “no tradicional”, en la región.
Lograr edificios “saludables” y eficientes desde el punto de vista medioambiental, requiere quizá una inversión inicial mayor. Pero el argumento para el profesional interviniente en el proceso proyectual, debe centrase en el coste menor durante la vida útil de la construcción. Lo que significa ejercer una cierta actitud de información, del profesional hacia el cliente, con un mayor compromiso de la actividad del arquitecto y mayor formación en lo relativo a lo  profesional.  


Publicar un comentario

Su comentario será publicado, previa verificación del autor.

compartir en facebook compartir en google+ compartir en twitter compartir en pinterest compartir en likedin